sábado, enero 31, 2009

La Crisis en la Axarquía




Ha pasado más de un año desde mi última publicación, aunque los cambios durante estos últimos meses han sido espectaculares en España y, lógicamente, también en la Axarquía. Aquí, lo más relevante políticamente ha sido el cambio del equipo de Gobierno de Vélez-Málaga y, socialmente, la drástica caída del empleo. Durante este tiempo no he dejado de visitar físicamente y frecuentemente la comarca, aunque no lo haya hecho digitalmente, por lo que he seguido la evolución de los acontecimientos con gran interés. Muchas personas conocidas, amigos, se han ido quedando sin el puesto de trabajo en el que llevaban años y, en estos momentos, se encuentran sin saber qué hacer.

El Gobierno de la Nación aún no ha presentado medidas activas, aunque puede que las esté preparando. De momento se está preocupando de atender las necesidades sociales, lo que es prioritario, pero no deja de ser una serie de remedios paliativos que tienen un alcance corto. A medida que se vayan agotando las prestaciones se planteará una disyuntiva: o habrá que proceder a su ampliación, o la gente se quedará sin recursos para subsistir. Y con cuatro millones de desempleados o más, a ver de dónde salen los fondos.

La mayor parte de los gobiernos de Comunidades y Ayuntamientos, sin distinción de color político o ideología, está esperando a que deje de llover. O a que el presidente del Gobierno saque la varita mágica. Todos sabemos que las cosas van a ir a peor, por lo que creo que habría que aceptar el consejo de Zapatero y comenzar a arrimar el hombro.

Con esto no quiere decir que nos propongamos la tarea de arreglar España. Bastaría con que lo intentáramos con nuestra pequeña parcela. Hay localidades, sobre todo las orientadas casi exclusivamente al turismo y al comercio complementario, que lo tienen muy difícil. Con el dólar por los suelos desde hace largo tiempo, y la reciente caída de la libra, la situación es francamente preocupante. Atraer turistas no es nada fácil, aunque no por eso se ha tirado la toalla. Pero los enormes esfuerzos no están dando el resultado esperado. Este año, en Fitur se respira pesimismo.

La estructura económica de la Axarquia es, en cambio, más adecuada para actuaciones locales. Es una zona fundamentalmente productora, no de servicios. Tiene un enorme potencial agrícola e industrial. Posee excelentes técnicos como fontaneros, electricistas, albañiles, agricultores, etc. Hay un elevado número de microempresas, aunque muchas de ellas están desapareciendo y, sobre todo, tenemos unos excelentes productos. Aunque dos de los más tradicionales están en peligro de extinción: nuestra pasa y el dorado aceite de Periana, jugo de la aceituna verdial, exclusivo de esta zona y uno de los mejores del mundo, lo que se pone de manifiesto en todas la pruebas de análisis sensorial que hemos realizado.

También se da la circunstancia de que la Axarquía es una zona en las que ha habido bastantes acciones de desarrollo local. Aún quedan excelentes agentes, piezas imprescindibles en la dinamización de las acciones a realizar. Y un competente equipo de funcionarios municipales, lo que puede observarse al intentar realizar cualquier tipo de gestión en los ayuntamientos y servicios locales como policía, bomberos, etc.

También se beneficia la Axarquía de una circunstancia que no se da en otras localidades turísticas de Andalucía, y por supuesto en ninguna otra Comunidad Autónoma que no sea la nuestra y Extremadura. Me refiero al subsidio agrario y los fondos del AEPSA ((Acuerdo para el Empleo y la. Protección Social Agrarios, antiguo PER). Lo que hasta hace poco era – en algunas localidades – un holgado complemento que permitía algunas alegrías a un elevado número de ciudadanos, se ha convertido ahora en una prestación de indudable necesidad. Pero, ¡ojo!, que en otros lugares o no existe o tiene escasa incidencia.

Podríamos resumir diciendo que hay suficiente masa crítica en la Axarquia para que se intente una reacción ante el problema. Creemos que es hora de que se cree una especie de “Gabinete de Crisis”, en la que estén representados todos los sectores sociales, instituciones públicas y privadas, sindicatos y, por supuesto empresarios, ya que de ellos depende en gran manera que se pueda reactivar la economía. (Incluyo aquí a los pequeños agricultores, eternamente olvidados y que, de momento, están mal que bien sosteniendo un cierto nivel de empleo.) Aunque primero habrá que escuchar pacientemente las quejas de todos, que son muchas. De seguridad, de agilización de los trámites administrativos, de fiscalidad, de facilidades financieras, etc. Esto me recuerda que no pueden faltar los bancos, que deben responder a esa inyección de recursos que ha salido de los impuestos del pueblo. No pueden ahora hacerse los cicateros y resultar que los directores de sucursales sean más conservadores que los propios presidentes de las entidades. Ni hay que permitir que traten de aprovecharse de la bajada del Euribor y de las necesidades ajenas aumentando el diferencial. No olvidemos que han recibido dinero público.

También habrá que lavar algunas imágenes denostadas. No se puede criminalizar de forma indiscriminada a un colectivo como el de los constructores. No trafican con droga. Habrá que buscar soluciones y asesoramiento para los numerosos contratistas y subcontratistas que se han visto con fuertes impagos que pueden llevar a muchos a la quiebra. Habrá que dejar de soliviantar a muchos residentes extranjeros, que no entienden como sus casas que antes creían legales ahora resulta que no lo son. No olvidemos la riqueza que genera el mal llamado y ampliamente criticado “turismo residencial”. Lógicamente, mi apoyo va para el compatible con el desarrollo sostenible, nunca para el descontrolado y especulador, aunque los criterios de diferenciación entre ambos son muy subjetivos.

Lo que propongo no es una tarea fácil, ya lo sé. Pero la buena - aunque escasa práctica - de que los que tienen encomendada la responsabilidad de tomar decisiones consulten con aquellos a quienes las decisiones van a afectar, es un principio de calidad en la gestión. No olvidemos que de la sinergia del diálogo siempre salen soluciones. Más o menos, pero siempre aparecen. Es mi experiencia personal en diversos países en vías de desarrollo. Y, en el peor de los casos, siempre queda la tranquilidad de haberlo intentado.


The Axarquia is one of the world's privileged places. Its geographical position, its variety, its people, its sunny and mild climate, its gastronomy and many other circumstances, make of the region one of the most desirable places to live.

lunes, diciembre 24, 2007

Cuando la Fortaleza era así



Si consiguen mirar un poco al fondo de la foto, por detrás de Santa María, se ve cómo era La Fortaleza hace... muchos años...

También era la época de los guateques, de la revelación de Paco Hernández, de la lucha de Evaristo Guerra por canalizar el fuego que le consumía y convertirse en lo que hoy es, del amor abrasador que abrió el alma de poeta de Joaquín Lobato, de las estrategias para conseguir jugar al ajedrez con Cazorla en la Peña, de los atardeceres en los Baños de Octavio, de los paseos al “Santo Chiquito”, de los cines de verano, de la “europeización” de Antonio Jiménez, de los esfuerzos agónicos de Berjillos por volver a sentirse libre, de las memorables noches en el mesón de José Luis Conde, de las más maravillosas ferias del mundo (ninguna otra me ha hecho jamás sentir lo mismo).

Era la época de Los Cinco Latinos, Los Platters, Paul Anka, Elvis Prestley, Pérez Prado, Gloria Lasso...

La época en la que por la noche aún se veían brillar las estrellas desde algunos de los bancos del Paseo Viejo, cuando desde esos mismos bancos se podía oír el silencio, una vez que los niños del “Hogar” se habían ido a dormir.

La época en que descubrí, por casualidad, a Neruda y a Miguel Hernández, hasta entonces desconocidos para mí.

Miguiña estaba a punto de morir, o había muerto ya. Y María Zambrano aún no había "nacido" para la mayoría de los veleños.

Era la época en que nuestro genial Evaristo pintó un cuadro de un significado muy especial para mí

lunes, mayo 07, 2007

La nueva esperanza de Europa



No recuerdo haber vivido de cerca, desde que en 1983 Felipe González ganó las elecciones, un proceso electoral tan intenso como el que ha elevado a Nicolás Sarkozy a la Presidencia de Francia. En ambas ocasiones, la esperanza de un cambio radical fue y ha sido el elemento preponderante en el ánimo de la mayor parte de los votantes. En el primer caso, la esperanza de consolidar una democracia aún amenazada y el deseo de llevar la apertura de ideas, del terreno estrictamente legal, al normal y diario de la calle. Ayer, la de que alguien reconduzca una sociedad que se preocupa mucho más por los derechos que por las obligaciones. Una sociedad desbordada y casi en quiebra por el “estado del bienestar”.


El ciudadano maduro, no afiliado, vota en función de las necesidades y de los peligros que detecta. Nosotros, en menos de un año, tendremos que plantearnos averiguar si hay un líder que puede devolvernos ese empuje que envió ayer a los franceses, masivamente, a las urnas.

viernes, marzo 30, 2007

A mal tiempo, buena cara



En estos momentos de crispación, “prebélicos” según alguna manifestación reciente, imagino que de todos conocida, creo que lo que menos falta hace es incrementar la inmensa legión de “politólogos” que nos turban la paz de cada día.

Antes solía desayunar leyendo el periódico. Después, oyendo la radio y ahora, mirando las tareas del día que aún no he delegado, a ver a quien se las endoso.

Los últimos sábados he cambiado mis costumbres y, como suelo estar en Vélez, me acerco a comer tejeringos. Bueno, ahora son un poco diferentes y se llaman churros, pero según me dijo una bruja local (todavía quedan), de la observación de la espumilla que hacen al freír se puede deducir el futuro. ¿A que no lo sabían?

Yo hasta ahora no he adivinado nada, pero los churros están de muerte.

domingo, febrero 25, 2007

Alarma Social


Es éste un término del que, hoy en día, se abusa con bastante reiteración. Cada vez que alguien quiere ALERTAR de un peligro más o menos probable, siempre hay "otro alguien" que dice que se está provocando "alarma social"

Si el peligro se materializa sin que se haya avisado de forma inequívoca, es decir, sin haber evitado que haya la más mínima confusión, y si hay muertos o heridos como consecuencia de ello, esto es lo que nos debería producir ese sentimiento de alarma. Que quienes tienen - de alguna u otra forma - conocimiento cierto de un riesgo no lo divulguen de la manera más eficaz posible.

España es un país en el que pecamos por defecto en las señalizaciones. Damos por supuesto que las personas son adivinas o que van a reaccionar con los reflejos de un piloto de "Fórmula 1" ante avisos que nos llegan demasiado tarde. Luego decimos que se meten por direcciones prohibidas o que no respetan las señales de tráfico.

Los que estamos bastantes concienciados con el término "prevención" no entendemos como aún no se ha extendido este sentimiento en todo el sector público.

Como una imagen vale más que mil palabras, en este caso incluimos cuatro:





Domingo, 9,40 de la mañana. Un automovilista se acerca a la rotonda para cruzar al otro lado. Como por la izquierda no vienen coches, no para y sigue. El sol le da de frente. No ve ninguna señal luminosa roja.




Un tranvía de reciente instalación se acerca. De momento lo tapan los árboles. Se ve un poco. La foto presenta los mismos deslumbramientos que los ojos de las personas.



El tranvía sigue su camino. Ya se ve, ligeramente y a contraluz, el semáforo rojo.





El automovilista ha conseguido parar a tiempo... esta vez. El proceso ha durado menos de cinco segundos.

domingo, febrero 11, 2007

¿Son también reaccionarios?



Creo que, en los tiempos que corren, puedo decir que soy afortunado por no haber perdido a nadie víctima del terrorismo. Me pongo en la piel de quienes sí han sufrido esta desgracia o de aquellos que han sido, ellos mismos, alcanzados por el terror indiscriminado. Sin embargo, veo que este colectivo es tratado ahora, por algunos, como un grupo de presión que trata de “crispar” a la sociedad. Casi como una formación política alineada frente a quienes quieren que se calle. Hasta ahora sólo se culpabilizaba a partidos reales por su presunta manipulación de las víctimas. En este momento son las propias víctimas las que son tachadas de intolerantes, beligerantes y hasta crueles. Mañana… mañana puede que lleguen a tener que ocultar su condición para no verse discriminados o apartados por su delito de situarse imprudentemente cerca de donde ocurrían lamentables “accidentes".

Comprendo que son molestas. Que no se las puede esconder ni amordazar… ¿Qué olviden? ¿Qué perdonen? Es probable que algunos hayan perdonado por motivos religiosos, a fin de no sufrir otra condena más temible, la del infierno… Pero dejémonos de pamplinas y lavados de cerebro. Lo normal, lo lógico, lo natural es odiar a quienes te hicieron de forma gratuita un daño irreparable. Odiar a muerte. Lo contrario raya en lo enfermizo.

Por eso no se puede pedir a quienes fueron masacrados que aplaudan el deseo de perdón y de olvido de esas acciones por parte de otros que ni imaginan cómo sucedieron. Que – como algunos líderes religiosos – pretendan no sólo que perdonen sino que, además, olviden que quien en estos momentos está lanzando un chantaje con su huelga de hambre es un asesino múltiple orgulloso de serlo.

Amnistía Internacional lo ha tenido muy claro. Ha visto demasiada sangre y demasiada hambre forzada como para hacer el juego a quien quiere presentar la voluntaria como una tortura. El suicidio es un derecho individual. Hasta ahí ha llegado. Mi más profundo respeto a esa Institución, cuya impecable trayectoria siempre he admirado.

domingo, diciembre 24, 2006

¡Señora, no me toque los belenes!


Foto: Belén instalado en la Grand Place de Bruselas.
Tras regresar de un viaje y repasar las noticias nacionales atrasadas me he encontrado con dos de gran impacto, a pesar de su escasa importancia. Y las dos, de alguna manera, relacionadas entre sí por afectar a nuestras tradiciones. La de más calado fue la opinión de la ministra de Medioambiente, Cristina Narbona, sobre la muerte de los toros, que prefiere que se realice una vez acabada la corrida y con el mismo anonimato con que hasta hace bien poco se llevaba a cabo el garrote vil, por cierto, invento español. La ministra quiere degradar al toro con una muerte también vil, con puntilla, en lugar de permitir que lo haga teniendo la oportunidad, aunque pequeña, de llevarse por delante al torero.

Otra ha sido la genialidad de una directora de un colegio de Mijas que ha destrozado la actividad de unos alumnos y sus materiales al desmontarles, con nocturnidad y alevosía, el belén que habían elaborado, con dinero de su propio bolsillo, como parte de una actividad escolar. No voy a entrar a juzgar estas posturas. Sólo puedo hablar de la “percepción” que ha habido de ellas, elemento indisolublemente unido a la calidad y que no implica calificación, sino apreciación personal. Pues bien, creo que lo que la inmensa mayoría de la gente ha percibido es que, en el primer caso, la ministra hubiera estado más guapa callada y que, en el segundo, la directora del colegio es rematadamente imbécil.

No obstante, lo que quiero destacar del caso es que estas noticias han dado pie a que sienta algo de más simpatía por dos personajes: Gaspar Llamazares y Hugo Chaves. El primero consideró que atentar contra nuestra fiesta era hacer el caldo gordo a las continuas críticas de los anglosajones. El segundo, simplemente, ha tenido el buen gusto de sustituir a Papá Noel – símbolo imperialista - por un pesebre.

¿No serán acaso la ministra y la maestra agentes secretas de Bush?