Ratzinger y Mahoma
El 12 de septiembre pasado y durante la visita realizada a Baviera, la región en donde nació, Benedicto XVI dio una charla titulada “Fe, razón y universidad” en la Universidad de Ratisbona (Regensburg). Durante la misma, Ratzinger desgranó un comentario, por lo que se está viendo, inoportuno e imprudente.
El tema de la charla giraba en torno al hecho de que la esencia de la institución universitaria es la razón, y que tiende por eso a la tolerancia. Que la fe encuentra en ese espacio adecuado acomodo, pues ella es también racional, y considera - por tanto – incluso razonable que alguien pueda interrogarse acerca de su validez. Para apoyar este aserto, Ratzinger cita un diálogo acaecido a finales del Siglo XVI entre el emperador bizantino y un sabio persa, en ocasión del asedio de Constantinopla por los musulmanes.
“Muéstrame también aquello que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba”. El Emperador explica así minuciosamente las razones por las cuales la difusión de la fe mediante la violencia es una cosa irracional. La violencia está en contraste con la naturaleza de Dios y la naturaleza del alma”.
Con independencia de que no se sostiene mucho lo expuesto sobre la esencia de la fe, de que el comentario es irrelevante, de nuestro rechazo total a la violencia terrorista y de la extrema gravedad de la situación mundial en esta locura de fundamentalismos, yo me pregunto… ya que el Papa se retrotraía a épocas tan pasadas… ¿no podía haber encontrado, para apoyar sus argumentos, ejemplos coetáneos en la propia religión de la que es Sumo Pontífice? Hubiese sido un brillante testimonio basado en la autocrítica y una espléndida oportunidad de desmarcarse del pasado.
El tema de la charla giraba en torno al hecho de que la esencia de la institución universitaria es la razón, y que tiende por eso a la tolerancia. Que la fe encuentra en ese espacio adecuado acomodo, pues ella es también racional, y considera - por tanto – incluso razonable que alguien pueda interrogarse acerca de su validez. Para apoyar este aserto, Ratzinger cita un diálogo acaecido a finales del Siglo XVI entre el emperador bizantino y un sabio persa, en ocasión del asedio de Constantinopla por los musulmanes.
“Muéstrame también aquello que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba”. El Emperador explica así minuciosamente las razones por las cuales la difusión de la fe mediante la violencia es una cosa irracional. La violencia está en contraste con la naturaleza de Dios y la naturaleza del alma”.
Con independencia de que no se sostiene mucho lo expuesto sobre la esencia de la fe, de que el comentario es irrelevante, de nuestro rechazo total a la violencia terrorista y de la extrema gravedad de la situación mundial en esta locura de fundamentalismos, yo me pregunto… ya que el Papa se retrotraía a épocas tan pasadas… ¿no podía haber encontrado, para apoyar sus argumentos, ejemplos coetáneos en la propia religión de la que es Sumo Pontífice? Hubiese sido un brillante testimonio basado en la autocrítica y una espléndida oportunidad de desmarcarse del pasado.