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Un pensionista por invalidez que cobra 1.700 euros por ese concepto, salta vallas todos los días para robar aguacates. Foto publicada por El Español

Dejando aparte la dudosa moralidad de que un reportero de “El Español” acompañe a un ladrón de fruta a realizar su tarea, lo que está claro es que esos reporteros se han convertido – de facto – en cómplices de un delito, y que podrían ser perseguidos por ello. Es cómo si alguien acompañara a un asesino en serie a cubrir un crimen, lo dejara completar su macabra tarea y luego diera fe y constancia del luctuoso hecho. Nadie dudaría de esa complicidad. Porque, técnicamente, no hay diferencia ninguna.

Pero, además, lo que hace “El Español” es justificar y exaltar la labor de un individuo que – no se sabe cómo – se encuentra cobrando una pensión de invalidez de 1.700 euros. Alguien tan inválido como para saltar empalizadas, cortar alambres, cargar con kilos y más kilos de aguacates y – en caso necesario – huir a la carrera en el momento en que fuera sorprendido.  Yo me pregunto cómo consiguió esa pensión.

La actividad de Ramón, el ladrón pensionista, no es absoluto asunto de diversión. Agrede en lo más profundo de sus economías, de sus vidas y de su serenidad emocional, a miles de agricultores que se pasan el año cuidando sus árboles, regándolos, abonándolos, luchando contra las enfermedades y mirando las previsiones del tiempo para ver cuándo vendrá el siguiente vendaval, ese que cada vez que llega tira por tierra una parte muy considerable de sus esfuerzos y de sus esperanzas. Sin contar con el coste adicional que esos robos conllevan: vigilancia, medidas de seguridad, y la permanente ansiedad y angustia del agricultor.

Espero que las autoridades tomen cartas en el asunto y pongan a buen recaudo al susodicho Ramón, quien puede empezar a pagar sus daños con un embargo de su probablemente fraudulenta pensión de invalidez.

Pienso que Pepe Barahona y Fernando Ruso, los periodistas, deberían completar su trabajo haciendo otro reportaje de la posterior colocación de esos aguacates entre los “honrados” comerciantes receptores. Otro tema que habría que perseguir con más eficacia.