Enviaxa, una empresa local de mensajería a tener muy en cuenta

Hace unos días me comprometí en enviar unos mangos especiales de la Axarquía a una reunión que iba a celebrarse en el Valle de Arán, en Lérida, el domingo 16 de septiembre. El producto debía reunir unas cualidades especiales ya que iba a codearse con trufa y foie-gras del Perigod, patés de diversa denominación, mantequilla de Normandía, los más apreciados quesos españoles y franceses, ibéricos 5 Jotas, platos tradicionales araneses y de Languedoc-Roussillon, y otras “delicatessen”.

El mango elegido fue el Duncan, una variedad especial de intenso aroma y sabor, nada fibroso y poco conocido. Se escogieron piezas que pudieran madurar justo en el día del evento, teniendo en cuenta que iban a pasar cuarenta y ocho horas de viaje hasta su destino. Debería llegar el jueves 13 a Viella, la capital de una región española en donde su propia identidad, lengua y cultura le apartan del separatismo catalán. Se consumirían los mangos maduros y los que quedasen algo más duros se los llevarían los asistentes de regalo. Una especie de encaje de bolillo.

Al seleccionar la agencia de mensajería, hubo una que llamó especialmente mi atención. Reunía todas las ventajas competitivas que siempre había buscado en este tipo de empresa, y que representan para mí signos evidentes de su orientación hacia el cliente: una amigable página web, inmediatez en la comunicación, nada de números novecientos, “live chat”, Whatsapp, teléfono fijo y móvil. Además, cobraba por kilos suplementarios, uno a uno, nada de saltos de diez en los que incurres por unos pocos gramos (cuando te pasa una vez ya no vuelves más), precios imbatibles y – sobre todo – ¡una “start up” de la Axarquía! Así que no me resistí, aposté por la empresa local y me arriesgué, dado que era para mí desconocida y dado mi compromiso.  Se trataba de Enviaxa.

Dicho y hecho. Empaquetamos los mangos, los llevamos el martes 11 y se enviaron. Como el jueves 13 no habían llegado, me puse de nuevo en contacto con Juan Antonio – el emprendedor – para que averiguara que había ocurrido. Descubrió una anomalía en el camino e hizo todo lo humanamente posible para solucionarla. No obstante y tras ello, la información que arrojaba el enlace de seguimiento era que los mangos se encontraban EN REPARTO y que llegarían ¡el lunes 17, no el viernes, ni el sábado, ni siquiera el domingo!

Afortunadamente no fue así. Llegaron el viernes por la tarde. No obstante, la anomalía y la demora me sirvieron para conocer la capacidad de reacción de Juan Antonio, así como su paciencia con los clientes. Volveré, si me aceptan, claro.